¡Marrakesh ha llegado a Marsella! Y de la forma más apropiada, todo hay que decirlo. Marsella, con su caleidoscopio de colores multicultural, sus paisajes y su asociación con el Mediterráneo, es una ciudad muy especial para Francia. Muchos inmigrantes han hecho su hogar aquí y le han proporcionado un barrio africano con un enorme bazar. No hay otro lugar igual a éste, mezclando leyenda urbana y energía – y cuando Fatiha Quicho decidió dejar París y montar un riad en Francia, Marsella fue la elección obvia. Tras un año de trabajo restaurando un edificio dilapidado, el resultado no podía ser más auténtico. Dispuesto alrededor de un patio a cielo raso, y a tiro de piedra del Puerto Antiguo, es igual que sus análogos marroquíes – cierre los ojos y se verá transportado a la medina de Essaouira. Las tres habitaciones captan admirablemente la arquitectura interior y colores del norte de Marruecos, con la utilización de madera, hierro forjado y cuero. Podríamos seguir. . . El jardín con su fuente perpetua, el sabor a la hierbabuena mientras cantan los pájaros sobre nuestras cabezas, la cena con las especialidades tradicionales. Pero, sobre todo, esa hospitalidad auténtica: es la manera de ser de los marroquíes sin tener que dejar las orillas europeas.Cómo Llegar
En coche: Una vez en Marsella, seguir las indicaciones hacia “Gare St. Charles”. Tomar la Rue La Cerebiere a la derecha y luego hacia la Eglise des Reformés.
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